lunes, 11 de febrero de 2013

La Historia y su importancia: La corta memoria financiera


Por Federico Carril Caccia

En la sociedad actual, regida por un sistema económico clasista cuya base se encuentra en el mercado y determina la base sobre la cual la sociedad interactúa,  la misma señala que el comportamiento social que solo encuentra su reconocimiento es aquel determinado por la rentabilidad.

Empecemos por el principio. La rentabilidad no es un criterio que implica un desarrollo económico ni social deseable, actualmente todo lo contrario. Siendo la economía el estudio de cómo la sociedad produce sus medios de vida, los reparte y consume, es decir, la base material de la reproducción social. La rentabilidad nos lleva al absurdo de producir productos no duraderos y dañinos para el conjunto de la sociedad en el marco de la creciente desigualdad, es decir, nos lleva a una deficiente reproducción social. La mayor valoración de aquello que cuenta con una mayor rentabilidad lleva al comportamiento social absurdo totalmente irracional. Y he de aquí, en esta relación directa imperante en nuestra sociedad, una de las fuentes del fracaso del sistema económico y social imperante en las sociedades occidentales.

Por ejemplo, la historia. Su conocimiento y estudio sólo es valorado actualmente como un extra de cultura general. ¿De qué me va a servir la Revolución francesa en mi trabajo? A no ser que uno se dedique a la enseñanza de la historia, a primera vista, de nada. Y este es el razonamiento dominante. La frase de Jorge Santayana “Quien olvida su historia está condenado a repetirla” suena en el vacío, una advertencia que se presenta como predicción mística sin credibilidad. Y así la importancia del conocimiento y concienciación que tiene la historia en nuestra sociedad queda relegada a la irrelevancia práctica y sólo propia de eruditos no representativos ni útiles. No reconocida está materia en la rentabilidad, al igual que otras, es está la importancia que tiene en nuestra sociedad.

Sin embargo, la historia tiene una gran importancia para el desarrollo de nuestra sociedad. La afirmación estamos condenados a repetir la historia no se hace porque suena bien, sino porque es la realidad. Entre la mayoría de los/las economistas, grupo predilecto en lo que se refiere a la rentabilidad, sujetos cuya razón de ser son los beneficios, la historia es irrelevante en el estudio de la economía y en el desarrollo del trabajo de dichos individuos. Y he ahí la irrelevancia que tiene la historia en el campo económico, quizás la principal explicación por la que las crisis económicas producto de burbujas especulativas se vienen repitiendo desde 1636 hasta la actualidad, y seguirán repitiéndose. Y seguirán sin  un análisis crítico histórico en la ortodoxia económica. ¿Acaso fue esta la primera burbuja inmobiliaria? Claro que no, hubo muchas de ellas en el mundo a lo largo de la historia ¿Bonos basura? ¿Crisis de deuda nacional? No ¿Apalancamientos desmesurados que alimentan la burbuja y búsqueda del beneficio fácil, del dinero por más dinero, la especulación descontrolada? Siempre sucede. La incredulidad de la población, las estafas, negocios piramidales y la irracionalidad de la evolución de los precios y comportamiento humano son constantes en todas las burbujas especulativas de nuestra historia, como las consecuencias que luego traen.

Al igual que son constantes los numerosos economistas que elogian el sistema de mercado e ignoran este comportamiento, que creen que está vez es distinta a la anterior, que obvian dicho apalancamiento que se retroalimenta con la especulación, y hablan de crecimiento real y sano de la economía justificado por el mecanismo perfecto de la oferta y demanda. Y aquellos economistas que señalan la realidad en el momento de euforia son simplemente desclasificados, como mínimo; “Se dice de ellos que, por falta de imaginación o en virtud de alguna otra limitación mental, son incapaces de captar las nuevas y lucrativas circunstancias que sustentan y aseguran el incremento de los valores” J.K Galbraith, quien también señala “La especulación acapara, en un sentido muy liberal, la inteligencia de quienes se entregan a ella”   La aparentemente ineludible cortedad de memoria en materia financiera, se presenta como un don y no como incompetencia.
Ignorando la historia, condenados quedamos a repetir los mismos errores o ser víctimas de ellos. La regularidad de las crisis económicas y las circunstancias que llevan a que estas se produzcan, es una de las pruebas irrefutables de esta afirmación.

La historia es un ejemplo de una de las cosas que la sociedad de la rentabilidad presenta como irrelevante, ya sea en términos absolutos o relativos. Al igual que nuestra sociedad proyectada en la economía no valora otros estudios como la filosofía y la sociología. Incluso, nuestro sistema de valores está diseñado de manera que un jugador de fútbol o conductor de formula 1 tenga un mayor valor económico que un médico, profesora, maestro, etc. Esta es nuestra realidad, y ha de ser planteada si es deseable o no.

"La historia, como la vida misma, es complicada; ni la vida ni la historia son empresas para aquellos que buscan la simplicidad y la consistencia." Jared Diamond. 

Fuente: http://ydormimostranquilos.blogspot.com.es/2012/12/la-historia-y-su-importancia.html

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